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Cómo realizar una lluvia de ideas en el marketing

Hallar soluciones eficaces para las dificultades que surgen en la vida diaria de una empresa, es un reto que requiere de una gran cantidad de pensamientos estratégicos y es que existen ciertas características que hacen que este proceso sea más sencillo, una de ellas son las lluvias de ideas en el marketing, que desde hace años han sido utilizadas por compañías de todos los tamaños y segmentos con el objetivo de fomentar la innovación.

¿Qué es una lluvia de ideas en el marketing?

Una lluvia de ideas es mucho más que solo tener un montón de ideas; deben ser la colaboración creativa de un grupo de personas para resolver un determinado problema.

Realiza un hábito de la lluvia de ideas

Vale la pena hacerlo en tu empresa, pues mientras más sesiones de reflexión se realicen, más sencillo será para todos en el grupo e incluso para la compañía, pensar en diferentes soluciones que den respuesta a las situaciones más complicadas.

Además, si todos trabajan juntos para solucionar las dificultades, el grupo estará más unido, por lo que el trabajo se convertirá en aumentos globales en el nivel de satisfacción.

Cosas que no debes realizar durante una lluvia de ideas

1. Condenar otras ideas

Al agrupar personas con diferentes personalidades, puntos de vista y trabajos, es muy común que algunas ideas parezcan mal e incluso absurdas, en algún momento de la discusión. Sin embargo, ningún participante debe condenar la idea del otro, ya que esto podría ocasionar que el foco de la conversación se desvié o que los a otros participantes se inhiban.

2. Detener el flujo creativo

Detener una sesión de reflexión es malo para la calidad de la lluvia de ideas; así que si buscas salir de la reunión con ideas que se puedan convertir en algo concreto, evita todo tipo de distracción. Si se detiene la conversación, el flujo creativo se ve interrumpido, es decir, los participantes se distraen y pierden la idea de pensamiento.

3. No dejes que la conversación se vuelva una conferencia

Si la conversación es grupal, es de suma importancia que todos los presentes den su opinión acerca del tema que se está tratando, así que no permitas que la sesión se vuelva una conferencia. Es decir, la sesión no debe ser un discurso, donde sólo una persona habla mientras las demás escuchan; es posible que en algún momento haya una sesión de preguntas y respuestas, pero básicamente sería la misma.

4. Permite conflictos en las sesiones

Los conflictos son comunes debido a las nuevas variables y si se dan mientras se presenta una solución al problema, las discusiones pueden pasar a primer plano y ayudar a mejorar la idea inicial, por ello es bueno dejar que los conflictos ocurran.

5. No actúes sobre las ideas propuestas

Lo último que debes evitar es no tomar en serio a la lluvia de ideas; si bien es cierto que este proceso puede ser divertido, el objetivo es poder convertir al menos una de las ideas e hipótesis en algo real.